Podrá ser el lugar más
emblemático que tenga una universidad, por algo está ubicada en
todo el centro de esta para sobresalir entre los demás espacios. Sus
escaleras pueden ser largas y extensas, pero al pasarlas se siente un
aire diferente -no solo el aire acondicionado- que te conecta a un
mundo de aprendizaje. La Biblioteca Luis Echavarría Villegas es el
lugar perfecto para los maestros y alumnos entregados a la lectura.
Allí, entre sus tres pisos volcados de información e investigación
nacen historias desde todos los puntos del planeta; desde Rafael
Pombo hasta Cálculo III.
Quizás se haya
distanciado un poco últimamente en los intereses de los estudiantes,
pero una biblioteca siempre será la plaza central para embarcarse en
un mundo de conocimiento. Entre sus tantos salones cubiertos por
largas alfombras grises podremos encontrar la diversidad del lenguaje
en su mayor expresión. Es el espacio propicio para sumergirse en el
mundo creado por un autor, que al igual que sus lectores, ve en un
libro una demostración de sentimientos y emociones que ninguna otra
cosa puede igualar.
Quizás el silencio pueda
parecer molesto para ciertos visitante; lo es si tu interés no es el
propicio para este espacio. Aquí se respira algo diferente a
cualquier otro lugar en la universidad, se siente un aire más limpio
y cautivante. Los libros, así sean viejos, inyectan una visión de
tranquilidad a todos sus anfitriones. Si eres estudiante de EAFIT, y
no visitas semanalmente -como mínimo- este templo de información:
¿qué estás esperando?
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